Descubrimiento de una galaxia inesperadamente solitaria


Un equipo internacional del que participa Carlos Donzelli, investigador del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE) y del Observatorio Astronómico de Córdoba, hicieron un hallazgo que podría desafiar los tiempos en los que se espera que crezcan las galaxias. Estos resultados se obtuvieron utilizando datos del Observatorio Chandra de Rayos X de la NASA y el Observatorio Internacional Gemini.

 

Por Facundo Rodriguez
facundo.rodriguez@unc.edu.ar

 

A unos 9.200 millones de años-luz de la Tierra se detectó una galaxia inesperadamente solitaria que parece haber atraído y asimilado a todas sus antiguas compañeras. Ésta tendría en su interior un un cuásar, un agujero negro supermasivo que arrastra gas en el centro de la galaxia e impulsa potentes chorros de materia. A este objeto se le denominó 3C 297 y, si bien su entorno es consistente con el de un cúmulo, es decir de una estructura de cientos o miles de galaxias, está sola.

Cuando se hacen observaciones de 3C 297 con el Observatorio Chandra de Rayos X, se encuentra que está rodeada de grandes cantidades de gas con temperaturas de decenas de millones de grados, algo característico de los cúmulos de galaxias. Entonces, se esperaría encontrar allí al menos decenas de galaxias similares a la Vía Láctea. Sin embargo, los datos procedentes del Observatorio Gemini de Hawai revelaron que las galaxias más cercanas a este solitario objeto están a una gran distancia. Es decir, parece ser un cúmulo de galaxias al que le faltan todos sus objetos.

Creditos: Rayos X: NASA/CXC/Univ. of Torino/V. Missaglia et al.; Óptico: NASA/ESA/STScI & International Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA; Infrarojo: NASA/ESA/STScI; Radio: NRAO/AUI/NSF.

 

Por otra parte, el chorro del agujero negro supermasivo ha creado una intensa fuente de rayos X a unos 140.000 años-luz de distancia, lo que implica que ha penetrado en el gas que rodea la galaxia. Y, como si esto fuera poco, uno de los chorros de radio está doblado, lo que demuestra que ha interactuado con su entorno. Entonces, la explicación dada por quienes firman el trabajo es que las galaxias circundantes se fusionaron con esta galaxia observada.

En el trabajo publicado en The Astrophysical Journal el equipo sugiere que 3C 297 ya no es un cúmulo de galaxias sino un “grupo fósil”. Es decir, la etapa final de una galaxia que se arrastra y se fusiona con otras galaxias. Aunque este no es el primer grupo fósil detectado, este se encontraría a una distancia mucho mayor que los más lejanos encontrados hasta ahora (Los anteriores récords se encontraban a distancias de 4.900 y 7.900 millones de años-luz).

Mischa Schirmer, uno de los coautores, afirma que “Puede resultar difícil explicar cómo el universo puede crear este sistema sólo 4.600 millones de años después del big bang” y agrega que “esto no rompe nuestras ideas de cosmología, pero empieza a empujar los límites de lo rápido que deben haberse formado tanto las galaxias como los cúmulos de galaxias”.

Si bien no se puede descartar la presencia de galaxias enanas alrededor de 3C 297, su presencia seguiría sin explicar la ausencia de galaxias más grandes, como la Vía Láctea. 

Por lo tanto, según los impresionantes resultados obtenidos por este equipo, esta galaxia pasará miles de millones de años esencialmente sola.

 

Comunicado de prensa del Observatorio Chandra de Rayos X.

 

Publicación científica

Powerful Yet Lonely: Is 3C 297 a High-redshift Fossil Group?

Autores | Valentina Missaglia (Università degli Studi di Torino, Italy), Juan P. Madrid (Universidad de Tejas en el Valle del Río Grande, USA), Mischa Schirmer (Max-Planck-Institut für Astronomie, Germany), Francesco Massaro (Università degli Studi di Torino, Italy), Alberto Rodríguez-Ardila (LNA/MCTIC, Brazil), Carlos J. Donzelli (IATE, CONICET/UNC, Argentina), Martell Valencia (Universidad de Tejas en el Valle del Río Grande, USA), Alessandro Paggi (Università degli Studi di Torino, Italy), Ralph P. Kraft (Center for Astrophysics, Harvard & Smithsonian, USA), Chiara Stuardi (Universitá di Bologna, Italy) & Belinda J. Wilkes (Center for Astrophysics, Harvard & Smithsonian, USA).